Programa Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria


IMPACTO FITOSANITARIO – ECONÓMICO


El cultivo del cocotero es de gran importancia en el Estado de Oaxaca debido a que se utiliza para la producción de copra, así como para fruta o agua, la superficie cultivada es de 11,880 ha beneficiando directamente a 2,550 productores, el costo de producción depende del costo que tenga la copra en el mercado, desde hace más de 8 años el precio de la copra es bajo, por lo que los productores invierten poco en sus cultivos, dejando muchos de los cultivos abandonados y solo aprovechan los cocos durante su cosecha, en promedio el costo de producción es de $3,000.00/ha, los jornales utilizados en el proceso de producción es de mínimo 8 jornales/ha, generándose un total de 95,040 jornales anuales en la totalidad de la superficie. La pérdida de producción causada por las diferentes plagas y enfermedades presentes en el cultivo del cocotero. Se tiene un rendimiento de copra de 1 Ton/ha, obteniéndose una producción de 11,180 Ton de copra, materia prima que se utiliza para la extracción de aceites que se utilizan para la elaboración de jabones y la elaboración de cosméticos de belleza, el destino de la copra es principalmente a Acapulco, Gro., lugar donde se encuentran industrias que se dedican a la extracción de dicho aceite (INIFAP, 2008).

El cultivo de plátano en el estado de Oaxaca, en el período Junio- Octubre de 2008 la superficie promedio sembrada de este cultivo fue de 3,322 ha, mientras que la superficie cosechada fue de 2,851 ha, con una producción de 13,516.0 ton, la cual generó apreciables divisas. El costo de producción es de $5,500.00/ha en promedio, los jornales utilizados en el proceso de producción es de 13 a 15 jornales/ha, generándose un total de 46,508 jornales anuales en promedio en la totalidad de la superficie. El valor de la producción es de aproximadamente de $22,084,500.00 pesos. El destino de la producción es en las regiones de costa y mixteca el mercado local principalmente, en cambio en la región de Tuxtepec, el destino de la producción es la central de abastos de Guadalajara y Puebla, principalmente. Sin embargo esta producción y éstas ganancias año con año se ven amenazadas por plagas y enfermedades, que tanto en México como en otras partes del mundo los plátanos (AAB), los bananos (AAA) y guineos (ABB), se ven amenazados por la enfermedad conocida como Mal de Panamá, que se encuentra en América Central y el Caribe. Afortunadamente la raza 4 del mal de Panamá no se encuentra presente en Ámerica por lo que es necesario establecer un esquema de vigilancia que nos permita detectarla de manera oportuna en caso de que se presentara. En el caso de la enfermedad del moko del plátano el riesgo es alto debido a la colindancia con Chiapas y Tabasco donde se encuentra presente.

 

La vigilancia epidemiológica se hace para las plagas y enfermedades de:

Picudo rojo de las Palmas (Rhynchophorus ferrugineus).

El picudo rojo de las palmas es una plaga originaria del Sudeste Asiático y Polinesia, que se ha ido dispersando por otras áreas subtropicales y templadas del mundo. En España fue introducida y detectada por primera vez en 1994 en Almuñecar (Granada). Actualmente se ha extendido por toda la franja costera mediterránea e Islas Canarias, donde está devastando numerosas palmeras. En enero de 2009 se encuentra presente en la región del Caribe (curacao).

El picudo rojo de las palmas se alimenta de especies de palmas, sin embargo se reporta gran preferencia por la palma datilera (Phoenix dactylifera), palma canaria (Phoenix canariensis), palma de coco (Cocus nucifera L.) y palma de aciete (Elaeis guineensis).

El picudo rojo de las palmas puede dispersarse a través de material vegetativo, por lo que se debe de tener el cuidado al transportar material de países con presencia de esta plaga.

El picudo rojo de las palmas desarrolla todo su ciclo biológico en el interior de la planta y se dispersa a otras plantas cuando ha destruido en su totalidad la planta donde se desarrollo.

El picudo rojo de las palmas es una especie que tiene una metamorfosis completa, significa que pasa por los cuatro estadíos, que son: huevo, larva, pupa y adulto. El adulto es un insecto de gran tamaño que alcanza los 2 a 5 cm de longitud, los insectos de esta familia se caracterizan por tener una prolongación de la cabeza en forma de pico, donde se sitúan las antenas en forma de maza y por su color rojizo muy característico. El huevo tiene forma ovalada de color blanquecino, cilíndrico y brillante, similar a un grano de arroz, la hembra lo deposita aisladamente en una galería perforada en las heridas recientes de la base de las hojas y en los tejidos blandos del interior de la yema apical del tronco, muy cerca del nacimiento de las hojas de la palmera, las hembras llegan a depositar de 300 a 500 huevos en su vida. La larva son de color blanquecino, segmentadas, ápodas, presentan una gran cápsula cefálica quitinosa, de color más pardo que el resto del cuerpo; constan de unas potentes mandíbulas, con la que excavan galerías desde las axilas de las hojas hasta la corona, en cuyo interior se alimentan vorazmente. La pupa es de color rojo – marrón oscuro, se forma dentro del capullo formado por fibras de la palma, en este estado, el insecto sufre una metamorfosis, un último cambio antes de alcanzar el estado de adulto.

El ciclo biológico del picudo rojo de las palmas dura aproximadamente de 3 a 4 meses, esto dependiendo de las condiciones climáticas, en un plazo de un año es capaz de completar hasta 3 ciclos. El huevo eclosiona a los 3 a 5 días en promedio, aunque solo un 78% aproximadamente eclosiona de los huevos puestos por la hembra. Las larvas duran aproximadamente de 45 a 60 días que puede variar dependiendo de la temperatura. La fase de pupa dura de 20 a 25 días para convertirse en adulto, el cual dura aproximadamente entre 60 y 90 días. El picudo rojo, completa su ciclo biológico dentro del mismo hospedero, sin necesidad de cambiar de planta hasta que esta ha sido destruida en su totalidad.

 

Mal de Panamá, Fusarium oxysporum f. sp. cubense raza 4.

El mal de Panamá provocado por Fusarium oxypsorum f. sp. cubense es considerada la enfermedad más destructiva del Banano y Plátano (Musa spp.) en el mundo. Primeramente hay que aclarar que Fusarium tiene 3 razas que afectan musáceas, las razas 1 y 2 están presentes en nuestro continente, con el reciente surgimiento en Asia de la raza 4, misma que no se encuentra reportada para el continente americano. De esta raza hay dos tipos: la variante subtropical y la tropical (tr4= tropical raza 4), ambas devastadoras para la variedad cavendish y otros bananos. La mutación del hongo que causa la enfermedad, ha provocado la pérdida de miles de toneladas de banano en países donde ha sido reportada, como Filipinas, China, Taiwán, Indonesia y Australia (OIRSA, 2009).

F. oxysporum f. sp. cubense, es un hongo del suelo que es capaz de vivir por más de 30 años en el mismo y lo inutiliza para el cultivo de musáceas (banano, plátano). Su dispersión es lenta, pero una vez establecido es difícil de erradicar, principalmente en distancias cortas su diseminación es por agua de riego, herramientas de trabajo o maquinaria agrícola contaminada, frecuentemente por material de propagación contaminado e inminentemente la mayor probabilidad de riesgo de introducción y propagación es a través de movilización de material vegetal dentro de la comercialización o por la actividad turística, considerando que los pasajeros provenientes de Asia a América pudieran traer frutos y/o material propagativo infectado (Molina, 2006 Bioversity).

El hongo penetra a la planta a través de la raíz o heridas, una vez dentro coloniza el sistema vascular, dificultando el movimiento del agua y de los nutrientes, ocasionando la marchitez y la pérdida de producción hasta en un 100%. Los síntomas externos se manifiestan con un marchitamiento progresivo que comienza en las hojas más viejas y avanza hacia las hojas más jóvenes, siendo la hoja apical la última en marchitarse; amarillamiento en el borde de las hojas que posteriormente progresa hacia la nervadura central dejando un borde seco de color marrón claro, las hojas más viejas aparecen totalmente amarillas sin desecación. En algunos casos se presenta, además una rajadura longitudinal del pseudotallo cerca de la base. (Dr. Agustín B. Molina, Bioversity, 2006).

Los síntomas internos se observan al realizar cortes transversales en pseudotallo, cormos, peciolos donde se observan, decoloraciones pardas-rojizas-amarillentas en los vasos.

Las plantas afectadas pueden no producir racimos y en caso contrario estos son de menor peso y tamaño, internamente no muestran lesiones por la enfermedad pero no se comercializan, ocasionando pérdidas entre un 50% de la producción, las plantas jóvenes son más susceptibles que las adultas.

Actualmente no existe control químico o genético efectivo para el control de la enfermedad, por lo que es necesario establecer un programa de vigilancia de la plaga para conocer la distribución de la enfermedad, las formas de dispersión, sobrevivencia, entre otras, para definir las rutas potenciales de entrada en nuestro país y detectarla de manera oportuna en caso de ingreso.


Moko del plátano, Ralstonia solanacearum raza 2

El Moko del plátano (Ralstonia solanacearum Raza 2) es considerado como uno de los problemas fitosanitarios más serios que afectan a las musáceas en el mundo, constituyendo un problema potencial para aquellos países o áreas en los que se presente, siendo un problema bacterial importante debido a los altos costos de control, la reducción en el área productiva, afecta a todos los estados de desarrollo de la planta y es un factor determinante en la restricción comercial de la producción obtenida (Belalcázar, C. S., Rosales, F. E., Pocasangre, 2004). La bacteria puede penetrar en la planta a través de heridas en cualquiera de sus órganos: raíces, rizomas, pseudotallo, peciolos de hojas o raquis, yemas florales y pétalos o a través de heridas en los hijuelos, alcanzando los tejidos vasculares (xilema) donde se multiplica en un corto período de tiempo, impidiendo así el libre paso de agua (Belalcázar, C. S., Rosales, F. E., Pocasangre, 2004).

La bacteria puede diseminarse a través de cormos, hijuelos, frutos, hojas, tallos, pseudotallos y raíces; insectos, animales silvestres y domésticos, herramientas y maquinaria agrícola, el agua a través de canales de riego y drenaje, riachuelos, inundaciones y desbordamiento de ríos en época de lluvia; suelo, herramientas de trabajo, maquinaria agrícola, botas y zapatos del personal de trabajo y administradores de la plantación, finca o rancho (Belalcázar, C. S., Rosales, F. E., Pocasangre, 2004).

El manejo de esta bacteria es muy complejo, debido a su forma de reproducción y alta capacidad de generación de resistencia a productos químicos, así mismo por las formas de diseminación y sobretodo las diferentes formas de sobrevivencia que presenta (suelo, residuos, vegetales, malezas hospederas).

Actualmente esta enfermedad es considerada como uno de los problemas fitosanitarios más serios que afectan a las especies de la familia musaceae en las regiones tropicales y subtropicales del mundo, constituyéndose de igual manera en un problema potencial para aquellos países y áreas en los que aún no se ha detectado su presencia.

En América Latina y el Caribe el primer reporte de esta enfermedad se tuvo en 1960 y actualmente está distribuida desde Ecuador, Perú, Brasil, Trinidad Surinam, Guyana, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Belice, Guatemala y México (Stover, 1972; Phelps, 1987).

En México está enfermedad está presente en los estados de Chiapas y Tabasco donde fue reportada por primera vez en 1991, a la fecha, la enfermedad ha logrado diseminarse a varios de los municipios productores, causando pérdidas económicas considerables al no poderse movilizar y exportar libremente dicho cultivo. Para el caso del Estado de Chiapas, los municipios afectados son Suchiate, Frontera Hidalgo, Tapachula, Mazatán, Huehuetán, Tuzantan, Villa Comaltitlán y Acapetahua, principales municipios del Soconusco con cultivo tanto de banano como de plátano, mientras que en el Estado de Tabasco, se encuentra distribuido en tres regiones geográficas, Sierra, Centro y Chontalpa. En el Estado de Chiapas en los últimos 8 años, se han eliminado de la actividad platanera 5,900 has por altos costos de producción y bajos precios del producto en el mercado, resultando en pérdidas de 4,528 empleos directos y la proliferación de problemas fitosanitarios.

En el Estado de Oaxaca, hasta la fecha no se han presentado brotes, sin embargo la colindancia con el Estado de Chiapas representa un gran riesgo fitosanitario para la producción del cultivo de plátano, sin embargo si se llegara a presentar, las pérdidas en la producción serían hasta del 90 %, y hasta el 60 % en la disminución de la superficie sembrada y la restricción de la movilización, además de que la mayor producción se concentran en pequeños ejidatarios lo cual dificultaría la erradicación por la falta de recursos económicos. Además de que los recipientes utilizados en el empaque de la fruta que pueden venir contaminados. Otra forma de introducción podría ser el movimiento de material propagativo, comercialización de plantas de ornato del género Heliconia, no obstante el riesgo prioritario es el flujo de personal de trabajo proveniente de los estados donde se encuentra presente la enfermedad.

Sumado al panorama anterior la situación geográfica, además de la cercanía de las zonas con presencia de enfermedad, es evidente que existe el riesgo latente de diseminación hacia las regiones de Tuxtepec y la Costa donde se encuentra 2,500 has sembradas con plátano y banano por lo que solo quedarían 377 has distribuidas heterogéneamente que correrían menor riesgo de ser afectadas, de ser así la mayor parte de la producción del Estado de Oaxaca se encuentra amenazada por esta enfermedad.

 

Marchitez bacteriana del plátano, Xanthomonas campestris pv. musacearum

Hasta hace poco tiempo, el marchitamiento bacteriano, causado por X. campestris pv. musacearum, fue visto como un problema en el Ensete, Ensete ventricosum, pero no en el banano (Thwaites et al. 2000). Se encuentra distribuida en el centro y este de África: Etiopía, Uganda, República Democrática del Congo, Rwanda, Tanzania, Kenya y Burundi (Tripathi et al. 2008). Su diseminación es rápida y es transmitida eficientemente por contacto produciendo altas pérdidas. Se ha encontrado atacando indiscriminadamente todos los genotipos de bananos.

Las fuentes de inóculo son los residuos de plantas enfermas, el suelo contaminado, material vegetativo, puede también transmitirse por insectos de plantas enfermas a las flores masculinas de las plantas sanas, a través de salpicaduras de gotas de lluvia, por rizomas obtenidos de plantas infectadas o a través de la transmisión por contacto en plantas no florecidas, a partir de las cuales se desarrolla la marchitez, las pudriciones de los frutos y al final la muerte de la planta.

No existen medidas de control, las medidas de manejo fitosanitario están asociadas a la prevención, regulación fitosanitaria, saneamiento, desinfección de herramientas, eliminación de flores masculinas tempranamente y embolsado de racimos.

 

Cogollo racimoso del banano, Banano Bunchy Top Virus (BBTV)

El virus fue detectado por primera vez en Fiji en 1889 y luego en la región del Pacífico Sur, Asia y África. El BBTV es una de las enfermedades más importantes que afectan al cultivo del banano. Esta establecida en el Sureste Asiático, Filipinas, Taiwán, Islas del Pacífico Sur, India y África, no ha sido reportado en América, aunque su áfido vector si se encuentra ampliamente distribuido, de ahí el riesgo de introducción de esta enfermedad al país. (Thomas et al 1994; Stansbury et al 2000; CABI 2000).

Las plantas afectadas por el BBTV pueden mostrar una variedad de síntomas. Con síntomas avanzados presentan una apariencia de roset. Con hojas angostas, erectas y progresivamente más cortas lo cual da origen al nombre de “bunchy top” (cogollo racimoso). Los bordes de las hojas generalmente se enrollan hacia arriba y muestran un amarillamiento marginal. Frecuentemente se encuentran rayas de color verde oscuro en la nervadura central y en el pecíolo, las cuales se extienden hacia abajo hasta el pseudotallo. Los síntomas más característicos son puntos pequeños de color verde oscuro y rayas a lo largo de las venas más pequeñas que toman forma de ganchos a medida que llegan al borde de la nervadura central, este síntoma se observa mejor a trasluz. Los síntomas aparecen solo en las hojas que se han formado después de la infección y la primera infectada presentará síntomas solo en la parte basal de lámina foliar o en pecíolo. Las plantas infectadas en etapas iniciales del desarrollo, raramente producirán racimo, aunque en infecciones tardías podrían formar un racimo distorsionado. En infecciones muy tardías, el único Síntoma que se presenta son rayas de color verde oscuro en las puntas de las brácteas florales. (CABI 2000; Thomas et al 1994; Stansbury et al 2000; Fereira et al 1997).

El BBTV es transmitido localmente por el áfido negro del banano Pentalonia nigronervosa en forma persistente y circulatoria. Su distribución a grandes distancias se presenta por el movimiento de material vegetativo infectado tales como plántulas, cormos, hijuelos y plantas de cultivo de tejido (plantas in vitro) El BBTV no está presente en el suelo y es poco probable que se transmita por implementos de labranza. (Thomas et al 1994; Magnaye & Valmayor 1995). El áfido vector se encuentra normalmente en forma agrupada alrededor de la hoja bandera y en la base de los pecíolos de hojas jóvenes. Son también encontradas en la base del pseudotallo y en muchos tejidos de crecimiento. Estos áfidos aparecen durante todo el año pero están en mayor cantidad en época lluviosa. Tanto alados como no alados ocurren en una colonia normal de áfidos. El áfido negro es raramente encontrado en otros hospederos que no sea banano, aunque son a veces observados en otros miembros de la familia del banano como heliconias y ave del paraíso. (Magnaye & Valmayor 1995).

Los factores más importantes para el combate del virus del “bunchy top” es por medio del control del áfido vector (diseminador de la enfermedad) y por eliminación (remoción y destrucción) de plantas infectadas. Mediante la eliminación del vector, la diseminación de la enfermedad hacia plantas vecinas sanas es evitada. Por el hecho de que el banano es prácticamente el único hospedero del BBTV, la eliminación de plantas infectadas reduce la diseminación del virus al reducir la oportunidad de que los áfidos lo adquieran o que las personas puedan obtener y transportar material de siembra infectado. (Ferreira et al 1997).

 

Palomilla del tomate, Tuta absoluta

La polilla o palomilla del tomate (Tuta absoluta Meyrick), es una plaga originaria de Sudamérica, endémica de la mayoría de sus zonas productoras de tomate y es considerada el problema fitosanitario más importante del cultivo. (Monserrat 2008).

La palomilla del tomate se encuentra presente en la mayoría de los países de Sudamérica como: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela; en los cuales T. absoluta es considerada una plaga devastadora del cultivo. Las plantas pueden ser atacadas en cualquier etapa del desarrollo, las hembras ovipositan preferencialmente sobre las hojas, en un grado menor sobre tallos nuevos, brácteas de los frutos; sin embargo, al someter a las hembras a condiciones forzadas, por ejemplo, plantas deshojadas, débiles y con alta infestación, ellas pueden ovipositar sobre la superficie de los frutos verdes, pero no en los maduros. (Estay 2003).

El tomate (Solanum lycopersicum) es el principal hospedero. Sin embargo, se han documentado varios hospedantes secundarios o silvestres como Solanum tuberosum (papa), Capsicum spp. (chile), Solanum murucatum (pepino dulce), S. melongena (berenjena), S. lyratum, S. elaeagnifolium, S. puberulum y S. nigrum, Datura stramonium (toloache), Datura ferox, Lycium chilense (baya de navidad y Nicotiana glauca (tabaco) (EPPO 2005 y CPC 2011).

Después de la eclosión de los huevos, las larvas jóvenes penetran a las hojas, tallos y frutos de tomate, donde se alimentan y se desarrollan. En hojas de tomate el daño es evidente al comer el mesófilo, dejando solo la epidermis, afectando la planta en su capacidad fotosintética y, por consiguiente, bajando la productividad. Las galerías en tallos causan un decremento en el desarrollo general de la planta y causan necrosis. El fruto es atacado desde el momento en que está recién cuajado, las galerías en el fruto son fuente de entrada de hongos patógenos que causan la descomposición. La larva prefiere los brotes de la parte apical de la planta. Las pérdidas de cosecha por ataque de T. absoluta está en el rango de 80 – 100%. (Apablaza 1992).

Los huevos de T. absoluta son cilíndricos, de color blanco a amarillo (Santos y Perera 2010; López 2010). La larva es eruciforme con 5 pares de pseudópodos o propatas, son de color crema pasando a color verdoso y ligeramente rosado a partir del 2º instar, presenta una cabeza oscura con una mancha lateral que se extiende desde los ocelos hasta el margen posterior, carece de placa dorsal en el protórax, en su lugar tiene una banda oscura oblicua que no cubre la línea media dorsal; el estado larvario pasa por 4 instares y la prepupa. La pupa es de tipo obtecta recién formada es de color verde, tornándose café al avanzar el desarrollo, presenta dimorfismo sexual en base a la ubicación de los poros genitales (Quiroz 1976), la pupa hembra es de mayor tamaño que la del macho. Los adultos de ambos sexos, presentan las alas anteriores básicamente cenizas con matices que varían de oscuro a gris, las alas posteriores color negruzco brillante con las cilias oscuras, la cabeza, tórax y palpos de color gris cenizo con tintes oscuros (Notz 1992); las antenas de T. absoluta son filiformes y largas con anillos de colores, café claro y oscuro alternado, palpos maxilares vestigiales y palpos labiales gruesos, aguzados, largos y vueltos hacia arriba, el palpo labial presenta el tercer segmento con un gran anillo negro en el primer tercio distal y otro en el ápice del segmento, abdomen de color café cremoso, es más grueso en la hembras que en los machos (Quiroz, 1976; González, 1989).

Las hembras, una vez copuladas, depositan sus huevos, de los cuales emergen las larvas. Tras pasar por 4 estadios larvarios, a veces 5, pupan para dar lugar a las nuevas palomillas. Una hembra adulta puede llegar a depositar 250 huevos durante toda su vida en el envés de las hojas o tallos. Los huevos tardan entre 4 y 6 días en eclosionar. El periodo larvario dura entre 10 y 15 días donde pasan por cuatro fases para dar lugar a la pupa, esta etapa dura de 10 a 12 días donde, posteriormente, emerge el adulto. En total, el ciclo dura entre 30 y 40 días en función de las condiciones ambientales (TaRi 2011).

 

Fusariosis de la Piña, Fusarium guttiforme

La podredumbre o Fusariosis de la piña, provocada por Fusarium guttiforme (Sin.: Fusarium subglutinans f. sp. ananas, Ventura, Zambolim & Gilbertson, 1993), es una enfermedad considerada por los expertos como la mayor amenaza para el cultivo de la piña en el ámbito mundial, debido a la susceptibilidad que presentan a este patógeno las principales variedades comerciales de piña para exportación.

Esta enfermedad afecta la fruta, rebrotes, coronas y la planta en general, permaneciendo en los residuos vegetales. Las flores son la principal vía de entrada para la infección. El hongo también puede entrar a través de lesiones por insectos, en particular las ocasionadas por “la Tecla” o mariposa del fruto o barrenador de la piña, Strymon megarus o S. basilides, la cual coloca sus huevecillos en la inflorescencia de la planta, que al eclosionar producen larvas que penetran formando galerías, constituyendo puntos de introducción del patógeno. Otras formas de ingreso son las ocasionadas por daños mecánicos de los trabajadores y de la maquinaría.

Afortunadamente, la fusariosis no se ha reportado fuera de América del Sur, por lo que se deben unir los esfuerzos posibles, a fin de evitar su entrada a nuestro país.

La plaga puede atacar todas las partes de las plantas de piña, principalmente el tallo, hijuelos y los frutos, causando la muerte del tejido colonizado por el hongo, y generando una exudación gomosa. Este patógeno a través de la esporulación en los tejidos infectados puede contaminar y afectar la planta entera, fruta, corona e hijuelos y sobrevive en los retoños que son infectados cuando están adheridos a la planta madre. El material infectado de la plantación es la principal vía dispersión a nuevos. Los cultivos abandonados son también una importante fuente de inóculo.

El hongo no sobrevive en los suelos. Un patrón típico de dispersión es por medio de los propágulos o esporas en el aire, otros medios los constituyen los materiales de siembra (semilla infestada); transporte de deschos contaminados; agentes biológico (personas e insectos); lluvia y maquinaría.

Es importante resaltar que no se deben ser utilizados los retoños o brotes como material de siembra provenientes de áreas con alta incidencia de la enfermedad, porque la semilla con una infección inicial es asintomática y no puede ser identificada durante la selección del material de propagación.

 

Clorosis variegada de los cítricos (CVC), Xylella fastidiosa subsp. pauca

Esta enfermedad fue observada por primera vez en 1987 en el estado de San Pablo, Brasil. Provoca la afectación del xilema y, por consiguiente, del transporte de agua y nutrientes a toda planta. El agente causal es una bacteria que en 1990 fue aislada por primera vez en un medio del cultivo. En el año 2000, en San Pablo, Brasil, se culminó la secuenciación de su genoma, lo que convirtió en el primer fitopatógeno con el código genético descifrado.

La enfermedad está causada por una bacteria fastidiosa que se aloja en el xilema denominada Xylella fastidiosa Well. Tiene forma bacilar y es Gram-negativa, pertenece a la subdivisión Gamma, orden Lysobacteriales, familia Lysobacteriaceae, grupo Xanthomonas. Es la única especie descrita hasta el momento dentro del género Xylella.

Se encuentra presente en varios estados de Brasil: San Pablo, Paraná, Minas Gerais, Río Grande del Sur, Sergipe, Goiás, Santa Catarina, Pará y Bahía. En Argentina ha sido detectada en las provincias de Misiones y Corrientes, donde se le conoce con el nombre de Pecosita. También está presente en Paraguay y Costa Rica.

La clorosis variegada afecta fundamentalmente a las plantas jóvenes, hasta los 6 ó 7 años. A partir de esta edad, las plantas adquieren mayor tolerancia. Son susceptibles todas las variedades de naranjo dulce, independientemente del patrón utilizado.

Los árboles afectados muestran hojas con pequeñas manchas amarillas o clorosis esparcida por el haz de la hoja, que aparentar ser burbujas de color pardo, gomosas, por el envés. Después de algún tiempo estas lesiones se vuelven de color pardo intenso a ambos lados de la hoja y pueden dispersarse hasta los márgenes de estas. Los síntomas comienzan de manera localizada en la parte media y superior de la copa y luego se generalizan por todo el follaje del árbol. Se manifiestan además síntomas semejantes a deficiencia de zinc y boro que evolucionan a clorosis variegada. Los síntomas foliares se hacen más evidentes en época de sequía, debido al estrés en las plantas. Cuando hay lluvia, y por consiguiente abundante vegetación, los síntomas se enmascaran.

Los síntomas en frutos se observan cuando la enfermedad se encuentra en un estadio avanzado, presentan maduración precoz, quedan pequeños y con la cáscara muy endurecida; además pueden aparecer en racimos de cien o más. El desarrollo del árbol se detiene, por lo que permanece enano, caen las hojas y ocurre muerte de las ramas. Los síntomas son más evidentes en árboles entre 3 y 6 años de edad.

Esta enfermedad se transmite de manera persistente y no circulativa, a través de insectos vectores que se alimentan del xilema de la planta (familia Cicadellidae). La transmisión también ocurre a través de las semillas, las raíces y por la propagación de material infectado.

 

Cancro bacteriano de los cítricos, Xanthomonas axonopodis pv. citri

La cancrosis de los cítricos está presente en todos los continentes. Las primeras referencias de la existencia de la enfermedad en el mundo fueron en la India, Filipinas, Java y Japón. En el continente americano está presente en EE.UU (Florida), Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Argentina y Bahamas.

La enfermedad es provocada por diferentes patovariedades de la bacteria Xanthomonas axonopodis (Hasse) Vaut. Esta bacteria posee forma bacilar, es Gram negativa, pertenece al grupo de las enterobacterias y ha podido ser cultivada en diversos medios de cultivo. Los patovares caracterizados hasta ahora son Xanthomonas axonopodis pv. citri, que produce la enfermedad denominada cancro de los cítricos o cancro A; Xanthomonas axonopodis pv aurantifolii, que produce el falso cancro, el cancro sudamericano o el cancro B y el cancro del limonero gallego o limero mexicano (cancro C) y X. axonopodis pv. citrumelo, que produce la enfermedad denominada como mancha bacteriana de los cítricos.

Todas las especies cultivadas de las Rutáceas, principalmente los cítricos, pueden hospedar la bacteria. La susceptibilidad disminuye con la edad de los tejidos, las hojas de 14 a 28 días y los frutos hasta los 5 cm de diámetro, son los más susceptibles. La bacteria puede penetrar a través de las aberturas naturales (estomas y lenticelas) o de las heridas.

Esta enfermedad no sistémica afecta las hojas, ramas y frutos ocasionando lesiones en forma de cancro a nivel superficial, en los tejidos. Puede ocurrir defoliación y caída prematura de los frutos muy afectados, lo que contribuye al poco crecimiento o desarrollo de las plantas, en estadios avanzados de infección. No obstante, su principal daño económico radica en las severas restricciones fitosanitarias que imponen los países libres, a la entrada de material vegetal procedente de las regiones con presencia de cancro, específicamente para el comercio de fruta fresca y de material propagativo.

El primer síntoma aparece en las hojas como una pequeña ampolla, que aparece aproximadamente 7 días después de la inoculación. En hojas, ramas y frutos se manifiestan lesiones corchosas (cancros), elevadas rodeadas de un margen acuoso o aceitoso y de un halo clorótico. Los síntomas se observan en ambos lados de las hojas. Cuando envejecen, las lesiones se tornan de color pardo intenso y se agrietan en el centro y el valor comercial de la fruta disminuye debido a los daños externos. En caso de ataques severos puede ocurrir defoliación y caída de frutos de cualquier tamaño cuando están muy afectados, especialmente en pomelos, lo que afecta considerablemente la producción y provoca el debilitamiento de los árboles.

Las lesiones del cancro son concéntricas como un anillo, lo que no es común en otra afecciones, presentan depresiones como cráteres en el centro, principalmente las que no son viejas. El cancro difiere de la Leprosis en el tamaño de las manchas, en el cancro son más pequeñas y su consistencia es esponjoso; en la leprosis son duras.

La principal vía de diseminación es a través de la transportación de material vegetativo contaminado, herramientas de trabajo, maquinaría de cosecha y los medios de transporte. Las altas temperaturas (25 – 30°C) y humedad relativa; y sobre todo, las lluvias acompañadas de vientos, favorecen la diseminación y desarrollos de la enfermedad. El minador de la hoja de los cítricos actúa como un amplificador de la cancrosis pues su larva ocasiona heridas que dejan al descubierto el mesófilo y constituyen una puerta de entrada para la bacteria.

Los métodos de manejo del cancro bacteriano de los cítricos incluyen: la exclusión, para prevenir la introducción mediante la cuarentena; la protección, a través de medidas para reducir el nivel de infección y la erradicación o eliminación de plantas portadoras del agente causal. Otras medidas importantes son la siembra de material de propagación certificado y la utilización de variedades resistentes.

 

Leprosis (Citrus Leprosis Virus)

La leprosis de los cítricos (Citrus leprosis virus), es una enfermedad que se encuentra presente en Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Venezuela, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Bolivia, Honduras y recientemente en el México (Chiapas).

Los síntomas causados por la leprosis se caracterizan por manchas localizadas en las hojas, ramas y frutos. En las hojas se producen manchas circulares o elípticas y cloróticas, las que frecuentemente forman anillos en número variado en las nervaduras, y algunas se tornan tan grandes que ocupan casi todo el limbo foliar. En los frutos el virus causa manchas pequeñas cloróticas o pardas, ocasionalmente se observa exudación gomosa en la lesión, las que no alteran la calidad de jugo, pero reducen su valor comercial en el mercado para utilizarlos en fresco. En ramas, las lesiones son protuberantes, corticales y de color grisáceo o rojo oscuro, las lesiones pueden coalescer en gran número que pueden provocar la muerte de las ramitas.

La leprosis de los cítricos está siempre asociada a la infestación de especies del ácaro del género Brevipalpus (Tenuipalpidae), específicamente Brevipalpus californicus, Brevipalpus obovatus y Brevipalpus phoenicis; también Brevipalpus inirnatus ha sido reportado en asociación con leprosis en Florida. Las larvas son más eficientes vectores que los adultos o ninfas.

La leprosis de los cítricos aparentemente infecta las plantas localmente, cada lesión está asociada con la infestación por un medio de un ácaro vector. El virus aparentemente no se mueve en forma sistemática en la planta hospedera, a lo sumo cortas distancias entre la yema injertada al tejido adyacente.

Los síntomas aparecen 14 a 30 días después de la inoculación. La enfermedad se propaga únicamente cuando cítricos infectados y ácaros están presentes; la incidencia es mayor cuando las condiciones ambientales son favorables para una abundante población de ácaros. La transmisión es de forma circulativa y el virus permanece en los ácaros durante todo su ciclo de vida.

Si un apropiado control de ácaros no es llevado a cabo la enfermedad aparece, pueden ocurrir severas pérdidas de cosecha tanto en cantidad como en calidad. Frutas con lesiones tienen un bajo valor comercial, especialmente para consumo fresco. En casos severos las ramitas pueden morir poniendo en peligro la siguiente producción.

 

Mancha negra, Guignardia citricarpa

La mancha negra de los cítricos fue detectada en frutos y se encuentra presente en Africa, Asia, Australia, Oceanía y Europa; en el continente Americano se encuentra en Belice, Cuba, Honduras, Jamaica, trinidad Y Tobago, Argentina, Brasil, Perú, Venezuela y en USA (Florida). Esta enfermedad es conocida desde hace más de 50 años en Australia y Sudáfrica, donde ha ocasionado pérdidas mayores al 80% en naranja.

El agente causal de la mancha negra es el hongo Guignardia citricarpa (anamorfo: Phyllosticta citricarpa), Los picnidios se forman en las lesiones de frutos y hojas, siendo una significativa fuente de inóculo cuando existe infección endémica en los huertos. Las picnidiosporas se producen abundantemente sobre las hojas muertas caídas, no siendo en este caso consideradas una importante fuente de inóculo; alcanzan a los frutos susceptibles solamente por salpicaduras de gotas de lluvia. Cuando las hojas se desprende y caen, pasan a formar parte de la hojarasca, es ahí donde tiene lugar la producción de la principal fuente de inóculo, las fructificaciones sexuales, los peritecios (produciendo ascos y estós el inóculo, las ascosporas). Las ascosporas se diseminan por la acción del viento.

Los picnidios se forman en las lesiones de frutos y hojas, siendo una significativa fuente de inóculo cuando existe infección endémica en los huertos. Las picnidiosporas se producen abundantemente sobre las hojas muertas caídas, no siendo en este caso consideradas una importante fuente de inóculo; alcanzan a los frutos susceptibles solamente por salpicaduras por gotas de lluvia. La infección del fruto a fruto ocurre por las lluvias cuando aún permanecen en el árbol frutos enfermos. Las ascosporas sólo se producen sobre las hojas muertas y son transportadas por corrientes de aire, siendo la principal fuente de inóculo una vez que la enfermedad es epidémica.

La G. citricarpa puede estar presente por varios años en un área particular antes de que aparezcan los síntomas; puede ser de 5 a 30 años, dependiendo de la presencia de limoneros (los que aceleran el proceso) y de las condiciones climáticas. En árboles viejos el período de susceptibilidad se extiende desde la formación del fruto hasta 4-5 meses después. En árboles jóvenes, de hasta 10 años de edad, el período susceptible es considerablemente más corto, cerca de 3 meses, y la enfermedad es controlada fácilmente. Los frutos de la parte asoleada de los árboles son manchados más severamente, aunque pueden ser afectados todos los frutos.

La mancha negra de los cítricos, es principalmente una enfermedad de los frutos; solo es encontrada ocasionalmente sobre hojas y ramitas: Los síntomas en frutos se pueden clasificar en cuatro tipos de manchas: mancha dura o negra, mancha pecosa, mancha virulenta y falsa melanosis. Los primeros síntomas aparecen sobre la superficie del fruto como manchas duras o lesiones como “tiro de munición”, pequeñas, color café rojizo, a veces antes que el fruto se coloree. Las lesiones en frutos verdes presentan un halo amarillo. Las manchas duras se forman principalmente en el lado expuesto por el sol. Más tarde estas manchas se oscurecen y a veces se vuelven totalmente negras; su tamaño es variable, pero el área puede agrandarse y pueden coalescer afectando toda la cáscara.

Alrededor de la macha se levantan márgenes de color café rojizo, mientras en el centro a veces se deprime y adquiere un color canela o café claro. Más tarde ocurre un hundimiento de la mancha, los bordes se vuelven más oscuros y a veces se observan picnidios en la zona deprimida. La lesión se puede extender dentro del tejido de la cáscara desde 1 mm hasta más de 2 mm, siendo levemente coloreada, pero sin afectar la pulpa de los frutos. Después que el fruto se colorea, pueden aparecer manchas como pecas, las que pueden coalescer, y a veces la “mancha de lágrima” similar a la que ocasiona la melanosis (Diaporthe citri); algunas manchas también se pueden confundir con la mancha de Septoria citri (pero ésta se distingue por presentar un tinte persistente de color rojizo púrpura) y de cancro de los cítricos (Xanthomonas campestris pv citri).

Las manchas virulentas se desarrollan principalmente sobre frutos maduros, tarde en la temporada, y pueden causar pérdidas aún después de la cosecha por cubrir una mayor superficie del fruto. Las lesiones sobre hojas son circulares, café, cerca de 2 mm de diámetro, en cuyo centro aparecen los cuerpos fructíferos del hongo, siendo más comunes sobre el follaje de limoneros que de naranjos.

 

Gusano de la mazorca (Helicoverpa armígera)

Los principales daños de esta plaga se reportan en los cultivos de algodón, tomate y maíz. En maíz las larvas de H. armígera invaden mazorcas y consumen los granos en desarrollo. Mientras que en tomate, se alimentan de frutos y causan su caída. Se ha observado que las larvas del segundo y tercer instar pueden causar pérdidas de hasta 65% en el rendimiento del cultivo del algodón. Sin embargo, en la India y Pakistán se reportan pérdidas hasta el 80%.

H. armígera es un insecto polífago, que afecta a un amplio rango de cultivos de importancia agrícola como el algodón, tomate, maíz, papa, fríjol, chile entre otros. H. armígera presenta de 2 a 5 generaciones por año en regiones subtropicales y con clima templado, mientras que en regiones tropicales pueden presentar hasta 11 generaciones por año. Después del apareamiento, cada hembra oviposita de 1000 – 1500 huevos y lo realizan en forma aislada sobre los órganos de las plantas hospedantes. Cuando las larvas emergen se alimentan inmediatamente de frutos o granos en desarrollo.

La duración del estado larval depende de la temperatura y disponibilidad del hospedante. A temperaturas de 35°C puede durar 9 días, mientras que a 14 47 días. El número de instares larvales varía de cinco a siete, aunque frecuentemente presentan seis. Una vez que las larvas completan su desarrollo, descienden al suelo, donde se entierran a una profundidad de 2 a 15 cm. Transcurridos 1 a 7 días las larvas se transforman en pupa y entran en diapausa. Las hembras adultas presentan mayor longevidad que los machos, viven un promedio de 5 a 28 días y los machos de 1 a 23 días, aproximadamente.

Los huevos recién ovipositados son de color blanco-amarillento brillante y cambian a una tonalidad marrón oscuro antes de eclosionar. El período de incubación varía de los 3.37±0.09 días. Mientras que el tamaño oscila entre 0.42-0.60 mm de longitud y de 0.40-0.55 mm de ancho.

La larva su color es muy variable, puede presentar tonos de color verde, amarillo paja, rosado, rojizo-marrón e inclusive negro. Llega a medir hasta 30 mm en el último instar larval.

La pupa en estados iniciales de su formación presenta colores verde-amarillento y después cambia a marrón oscuro; además, presenta dos espinas paralelas en el extremo posterior, Mide de 14- 22 mm de largo y 4.5 -6.5 mm de ancho. Los adultos longitudinalmente miden entre 14 y 18 mm, y tienen una envergadura entre 3.5 y 4 cm; en el margen de las alas anteriores presentan de 7 a 8 manchas pequeñas de color negro y una banda transversal ancha de forma irregular color marrón. Las alas posteriores son de color claro con un borde amplio de color marrón oscuro. Existe dimorfismo sexual entre machos y hembras, los machos son de color gris verdoso, mientras que las hembras son de una tonalidad naranja-marrón.

Las larvas causan daños en las inflorescencias, brotes y hojas inmaduras. Los frutos inmaduros invadidos pueden caer y los frutos próximos a la cosecha pueden ser atacados severamente. Estas infestaciones severas pueden provocar defoliación.

Los adultos pueden migrar a largas distancias, a través del viento. Pueden desplazarse a distancias de hasta 10 km durante “vuelos no migratorios” y cientosde kilómetros (hasta 250 o 1000 km) durante los “vuelos migratorios”, que ocurren cuando disminuye la disponibilidad de hospedantes. Otro factor de dispersión es el comercio internacional, principalmente el de plantas ornamentales y flores de corte. Además este insecto puede encontrarse en las cápsulas de algodón y en frutos de tomate.

 

Carbón parcial del trigo (Tilletia indica)

La importancia del carbón parcial radica principalmente, en el riesgo que representa su eventual introducción a países libres de la misma, ya que de suceder esto, la comercialización de semilla y grano harinero podrían restringirse.

El carbón parcial del trigo se presenta de manera natural en trigo harinero (Triticum aestivum), trigo duro (T. turgidum) y triticale (Tritico secale).

T. indica puede sobrevivir en el suelo; se ha encontrado que en zonas donde no se siembra trigo por 2 años la presencia del patógeno se reduce, pero no logra eliminarse. Las teliosporas germinan en el suelo en época de la floración y la etapa de cosecha, a una temperatuta promedio de 20 a 25°C: bajo estas condiciones se produce el promicelio con muchos esporidios primarios en forma de hoz. Los esporidios primarios dan lugar a protuberancias que se convierten en esporidios secundarios.

Los esporidios primarios y secundarios son la principal fuente de infección y son dispersados a las espigas a través del viento o por salpique de agua de lluvia. Los tubos germinales se originan de los esporidios secundarios, crecen y se dirigen hacia las aberturas estomáticas de la gluma, lema o palea, para poder penetrar. Las hifas crecen intercelularmente en la gluma, lema, palea y posiblemente en el raquis; después penetra en la base del ovario para infectar a la semilla, limitándose normalmente al pericarpio.

Las teliosporas son de color rojizo oscuro a cobrizo, marrón opaco u oscuro, algunas esporas son negro opaco, globosas a subglobosas, ocasionalmente traen consigo un fragmente de micelio (apiculus); miden de 24 a 47 µm de diámetro. Los esporidios primarios son generalmente de 64 a 79 x 1.5 a 2 µm; los esporidios secundarios de 12 a 13 x 2 µm.

Los síntomas de la enfermedad son difíciles de detectar en campo ya que los granos infectados están distribuidos de manera irregular. Si el clima es favorable se presentan síntomas externos como el olor a pescado y la presencia de masas de esporas de color negro durante la cosecha. Las espigas infectadas pueden disminuir en longitud y número de espiguillas. Lo mejor es sacar el grano de la espiga antes de examinarlo para poder detectar los síntomas de carbón parcial.

El hongo T. indica se propaga por medio de teliosporas. Además, de ser trasmitidas por semilla, las esporas pueden ser a otras áreas a través de todo aquello a lo que pueden adherirse, incluyendo plantas, ropa, equipo agrícola, herramientas y vehículos (cosechadores). También pueden ser dispersados por el agua de lluvia y los animales como insectos y aves, ya sea como contaminantes externos o a través de sus heces.

Actualmente el carbón parcial del trigo se encuentra presente en los estados de Baja california Sur, Estado de México, Sinaloa, Sonora (Valle del Yaqui y del Mayo).

 

Roya del tallo del trigo (Puccinia graminis f. sp. tritici Ug99)

La roya del tallo del trigo causada por Puccinia graminis f. sp. tritici fue históricamente una de las enfermedades más destructivas del trigo (Triticum aestivum L. y T. durum) a nivel mundial. Sin embargo a través del desarrollo de variedades de trigo resistentes, se logró contrarrestar los efectos epidémicos de esta enfermedad.

Recientemente, se ha reportado la presencia de la raza TTKS o Ug99 en África Oriental. Esta raza es una de las más virulentas, debido a su gran capacidad de dispersión y a la susceptibilidad que presentan la mayoría de las variedades de trigo. Por lo general, las pérdidas económicas ocasionadas por la roya del tallo del trigo son severas (50 a 70%). Inclusive los campos cultivados pueden ser totalmente destruidos. Se ha observado que la severidad de los daños es mayor cuando la enfermedad ocurre previo a la formación del grano.

Los principales hospedantes de esta plaga son Hordeum vulgare (cebada), Secale cereale (centeno), Triticum aestivum (trigo), Triticum turgidum (trigo duro), Además presenta hospedantes silvestres como Berberis vulgaris (agracejo Europeo), Elymus repens (hierba quack) y Lolium multiflorum (centeno italiano).

El ciclo de vida de este hongo consta de cinco fases, en la fase uredinal se forman las uredosporas que dan origen a varios ciclos de infección en el mismo hospedante; posteriormente cuando las condiciones climáticas son desfavorables en el mismo soro se desarrollan las teliosporas y estas son de color oscuro y corresponden a las estructuras de sobrevivencia. Cuando las condiciones son favorables para el patógeno, las teliosporas germinan y dan origen al promicelio del cual se desarrollan las basidiosporas que infectaran al hospedante alterno (Berberis vulgaris) y generaran una estructura llamada picnicio en el cual ocurrirá intercambio genético, para formar psoteriormente las aecias y aeciosporas. Las aeciosporas infectan nuevamente al trigo y el ciclo biológico se repite nuevamente.

P. graminis f. sp, tritici es una roya macrocíclica, heterotálica, con cinco diferentes fases de esporas en su ciclo de vida (uredosporas, teliosporas, basidiosporas, picniosporas y aeciosporas).

El síntoma inicial de la infección ocurre como pequeñas lesiones o “pecas”, posteriormente ocúrrela formación de pústulas y antes de que las masas de esporas emerjan a través de la epidermis, los tejidos superficiales adquieren una apariencia áspera. Las pústulas (uredias) son de color café rojizo, surgen como lesiones ovaladas, generalmente esporulan por ambos lados de las hojas, tallos y espiga. Sí la intensidad de la enfermedad es baja las pústulas se encuentran dispersas y se aglutinan cuando el ataque es intenso.

La roya es capaz de invernar en forma de teliosporas en los residuos del cultivo, reiniciando el ciclo de la enfermedad a inicios de la primavera. Cuando ocurren infecciones severas en cultivos antes de la floración pueden ocasionar la pérdida completa del cultivo. La roya es más dañina al final del período de crecimiento y en cultivos de maduración tardía a altitudes bajas, El trigo de primavera es vulnerable en altas latitudes. En climas cálidos y húmedos la roya es más severa, debido a que se presentan condiciones más favorables.

De acuerdo con Cooke y colaboradores (2006) Puccinia graminis f. sp. tritici tiene un período de latencia de 7-9 días, la fase infectiva perdura durante 26 días y la esporulación diaria es de aproximadamente 200-300 esporas por lesión.

El viento es el principal factor dispersor del patógeno. Mientras que su diseminación a largas distancias puede ocurrir, en la ropa o en la comercialización de material propagativo infectado.

 

Muestreo fitosanitarios de aguacate, caña de azúcar, maíz, mango, piña y trigo.

En caso de encontrar plagas cuarentenadas o reguladas en estos cultivos, se procederá a la toma de muestras de los síntomas sospechosas a dichas plagas.